La razón fundamental deberá ser el placer de su lectura. El Quijote es una obra divertida, entretenida y variada, que además incluye otros géneros literarios como: poemas, cuentos, reflexiones, etc. También ofrece la posibilidad de conocer la sociedad de la época en todas sus facetas: la vida picaresca, la libertad, las costumbres, creencias, ideologías, el ambiente cultural, la justicia, la Inquisición, la incompetencia de los gobernantes, etc.
Durante el Romanticismo, los escritores alemanes descubren un Quijote romántico, que representa la lucha del espíritu humano que busca alcanzar una vida plena y mejor, una vida ideal.
También, se puede apreciar la influencia del Quijote en la novela realista, en especial en la novela rusa, en obras como Crimen y castigo o los Hermanos Karamazov.
En España, hemos renovado durante el siglo XX nuestra pasión por el Quijote. Esto vino impulsado gracias a la obra de Unamuno, Vida de don Quijote y Sancho, que toma al Quijote como símbolo del espíritu español.
Asimismo, durante el siglo XX, influyó en escritores como Luis Martín Santos o Luis Landero entre otros. Estos autores se vieron atraídos por la modernidad de su estructura, por su utilización del tiempo y en definitiva, por el tratamiento de la eterna idea del intento de ser otro del que se es y la incomprensión de los que están alrededor. En el Quijote encontramos este tema con un tratamiento nunca superado.
En conclusión, si nos decidimos a emprender la lectura de esta amplia obra, cada lector vivirá su aventura y todos juntos podremos obtener algunas de las distintas lecturas posibles.